Statenlant

Diario de viaje de Jacob Le Maire y Wilhem Schouten, enero de 1616:

“Muy de mañana, vimos tierra a la mano derecha, a distancia de una milla, que corría hacia el sudeste. Tomamos fonda a 40 brazas, navegamos con viento oeste hasta mediodía, recorriendo la costa de esta tierra montañosa y cubierta de nieve. Después de mediodía, vimos al oriente otra tierra también montañosa y cortada. Y distarían estas tierras, una de otra, como ocho millas. Hacia el mediodía las corrientes eran grandes. Nos hallábamos a 54 grados, 46 minutos. Después del mediodía nos sobrevino viento Norte con el que fuimos navegando al estrecho. Calmó el viento por la tarde y aquella noche fuimos llevados por la corriente y vimos innumerables pingüinos y ballenas. Habíamos declinado hacia la tierra descubierta hacia la parte del Oriente. Alta y quebrada, corría al parecer, de septentrión al desueste. Pusímosle por nombre, en nuestra lengua, Statenlant, Tierra de los Estados...”

Con esta visión de una tierra abrupta y alargada, los marinos holandeses se convertían en los primeros hombres en descubrir la ubicación de la isla. Su nombre inicial se debió a la creencia errónea de que se trataba de una península de la Terra Australis. La palabra Staten se refería a las 7 provincias de los Países Bajos que por aquel entonces se hallaban luchando por su independencia. Años despúes, en 1643, Hendrick Brouwer circunnavegaría Statenlant, constatando que era de hecho una isla y no una parte del continente. De esta forma, la Isla de los Estados –un pequeño bastión de roca de 65 kilómetros de longitud y un ancho máximo de 16 kilómetros, azotado por el oleaje y los vientos antárticos- aparecería en los años sucesivos en la cartografía marítima, separada de Tierra del Fuego por el Estrecho de Le Maire.

George Anson, un Comandante Británico, escribía en 1790: “Es un territorio de horror, con cumbres de prodigiosa altura y terribles precipicios, es difícil imaginar nada más salvaje y sombrío.”

La dramática descripción de Anson se debe en gran parte a la accidentada geografía de la Isla. Sus 530 kilómetros cuadrados de superficie (que incluyen la Isla Año Nuevo al Norte y las Islas Dampier y Menzies al Sur), están conformados por dos cadenas montañosas que la atraviesan de extremo a extremo, con valles profundos, turbales, lagunas, fiordos, bahías y acantilados que caen a pique hacia el mar. Transitar por la isla es difícil. Todo alrededor parece hecho de roca sólida y vegetación agreste y las altas siluetas de las montañas parecen cerrarse sobre el observador como muros.

Estas condiciones y lo aislado de su ubicación, hacían de esta Isla una fortaleza perfecta en medio del mar y la bruma. Y, en efecto, con el transcurso del tiempo, eso fue exactamente en lo que se convirtió











OBJETIVOS DE LA EXPEDICION:


• Realizar una travesía autosuficiente en kayak completando la circunnavegación integral de la Isla de los Estados partiendo desde la Isla Grande de Tierra del Fuego.

• Realizar un registro fotográfico y audiovisual de la isla para difundir el conocimiento de esta área en Argentina y el mundo, el cual se pondrá a disposición de los organismos provinciales de control de los factores de riesgo ecológico por tratarse de un área que integra el Sistema Provincial de Áreas Naturales protegidas. Todo el material obtenido se encontrara también al alcance de cualquier institución interesada en su difusión a nivel turístico y educativo en nuestra provincia, porque consideramos que solo a partir del conocimiento es que se puede generar conciencia para que cada ser humano en su rol contribuya al cuidado del frágil ecosistema del que formamos parte.

• Realizar un relevamiento ecológico/ambiental de sus costas detectando tipo y Cantidad de basura, posibilidad reservada exclusivamente al kayak, ya que la navegación es principalmente costera. Con dicha información se generara un mapa de la concentración de residuos, ubicados geográficamente mediante sistema satelital.

Este como todo el material será puesto a disposición del gobierno provincial y organismos interesados, como así también al público en general.

• Rendir tributo al marino Don Luis Piedrabuena, por medio de una placa de recordatoria. El mismo ha sido reconocido como un defensor de la soberanía en el mar austral, por estar estrechamente ligado a la presencia argentina en Isla de los Estados, la cual fue declarada mediante articulo 54 de la Constitución Provincial.







viernes, 26 de febrero de 2010

Le phare du bout du monde



El faro del fin del mundo es una novela del escritor francés Jules Verne, pero corregida por su hijo Michel Verne publicada en el Magasin d’Éducation et de Récréation, del 15 de agosto (vol. 22, número 256) al 15 de diciembre (vol. 22, número 264) de 1905 y en un volumen completo el 29 de julio de 1905 año de la muerte de Jules. Fue escrita hacia 1901, puesto que el escritor llevaba varias obras de adelanto sobre el orden de entrega de sus publicaciones. Es considerada una de las mejores novelas de esa etapa literaria de Verne.1
La versión original de Jules Verne se publicó por Stanké, en Montreal en 1999.
Síntesis de la obra
En una isla deshabitada de la Patagonia donde se confunden los océanos Atlántico y Pacífico habita una banda de piratas dirigidos por el terrible Kongre. Estos se dedican a atacar embarcaciones que encallan en la zona. Su modo de vida se ve seriamente amenazado cuando el gobierno argentino envía tres marinos para construir y poner en funcionamiento un faro. Los piratas dan muerte a dos de ellos dejando únicamente al líder, Vázquez, con vida debido a que logró ocultarse. El valeroso Vázquez tratará entonces de sobrevivir en ese lejano paraje al mismo tiempo que busca la manera de terminar con las fechorías de los malhechores. Posteriormente un náufrago norteamericano, John Davis, será el compañero de Vázquez en su lucha con los piratas.
El Faro del Fin del Mundo (llamado oficialmente Faro de San Juan de Salvamento) se encuentra1 al noreste de la Isla de los Estados, al sur de Argentina. Posee apenas una altura de 6 m, pero se encuentra a 60 m sobre el nivel del mar.
Es el faro más antiguo de la Argentina y el primero en ser edificado en las aguas australes: su construcción data de 1884. Su equipo luminoso era del mismo tipo usado después en el faro Río Negro. La luz estaba proporcionada por 8 lámparas de petróleo. Dejó el servicio el 1º de octubre de 1902, día en que se prendió el Faro Año Nuevo, situado un poco más al norte, en la isla Observatorio.
Julio Verne se inspiró en él para escribir su novela El faro del fin del mundo, publicada póstumamente en 1905.
El faro original permaneció en ruinas durante décadas, pero recientemente fue restaurado respetando el diseño original; es una casa octogonal, baja, ubicada sobre un promontorio rocoso, con la linterna en su techo. (F: WIKIPEDIA)

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